by Karen Suarez, Academic Dean

The last 20 years of my life I have been connected to Cincel in various ways. I started out as a substitute teacher, then a temporary teacher. And, in 2009, I started as a permanent professor, without knowing that 2010 would bring me one of the greatest challenges of my teaching career, that of assuming the position of Academic Dean. I was very scared and wondered almost every day if I was going to make it. I knew I wasn’t qualified for the role at the time, but sometimes life forces us to accept challenges that require a tremendous leap of faith.

Well, that is the first lesson that Cincel has given me: Every day of my life is a step of faith. A step that I must take with the confidence that the Lord is with me. Every quarter I throw myself into the void, hoping that the Lord will take me into his arms and show me the way.

This brings me to the second lesson: dependency. I need to depend on God because, most of the time, human resources are of lesser use to me. I need a particular wisdom, an exceptional love, a supernatural calm. And it is that working with human beings every day that tests our character, bringing out the best and the worst in us.

From here comes the most important lesson of all: That every day I need the grace of people and the favor of God. I have learned this lesson from my mistakes and shortcomings. Because I’m not perfect (hard reality to admit, but known by all), I need everyone to cover me with grace, both my classmates and students.

Covering with grace does not mean a hypocritical acceptance of things. It means allowing a divine love to flow that compels us to put aside selfishness, judgment, personal desires, expectations and self-knowledge, in order to see others with God’s eyes and be compassionate.Every morning when I arrive at Cincel, I thank the Lord for the valuable lessons I have learned and pray that we can all count on him and show his grace this day. That same grace that we have received from Him and that covers our mistakes.

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Lo que Cincel me ha enseñado

Los últimos 20 años de mi vida he estado conectada a Cincel de varias maneras. Empecé como profesora sustituta, luego profesora temporal. Y, en el año 2009, comencé como profesora permanente, sin saber que el 2010 me traería uno de los retos más fuertes de mi carrera docente, el de asumir el puesto de Decana Académica. Tenía mucho miedo y me preguntaba casi cada día si iba a lograrlo. Sabía que no estaba capacitada para el puesto en ese momento, pero a veces la vida nos obliga a aceptar desafíos que requieren un paso de fe enorme.

Pues, esa es la primera enseñanza que Cincel me ha dado: Cada día de mi vida es un paso de fe. Un paso que debo dar con la confianza de que el Señor va conmigo. Todos los trimestres me lanzo al vacío, esperando que el Señor me recoja en sus brazos y me muestre el camino.
Esto me lleva a la segunda lección: dependencia. Necesito depender de Dios porque, la gran mayoría del tiempo, los recursos humanos no me sirven. Necesito una sabiduría particular, un amor excepcional, una calma sobrenatural.

Y es que trabajar con seres humanos día a día pone a prueba nuestro carácter, saca lo mejor y lo peor de nosotros. De aquí surge la lección más importante de todas: Que todos los días necesito la gracia de las personas y el favor de Dios. Esta lección la he aprendido de mis errores y desaciertos. Debido a que no soy perfecta (realidad difícil de admitir, pero sabida por todos), necesito que todos me cubran con gracia, tanto mis compañeros como los estudiantes.

Cubrir con gracia no significa una aceptación hipócrita de las cosas. Significa permitir que fluya un amor divino que nos impulsa a poner a un lado el egoísmo, el juicio, los deseos personales, las expectativas y el propio saber, a fin de ver a los otros con los ojos de Dios y ser compasivos.

Cada mañana, al llegar a Cincel, le doy gracias al Señor por las valiosas lecciones que he aprendido y le pido que todos podamos contar con su favor y mostrar su gracia este día. Esa misma gracia que hemos recibido de parte de Él y que cubre los errores.

Karen Suarez, Academic Dean of CINCEL